Tubos BIOFUSE de última generación

La línea de tubos BIOFUSE de TE connectivity se diseñó en respuesta a la creciente conciencia a nivel mundial sobre la sostenibilidad y la protección del medio ambiente. BIOFUSE es una línea de tubos termorretráctiles de polietileno de origen biológico que responde a la creciente demanda de uso de materiales ecológicos y sostenibles en diversas industrias.

Los retos que plantea el impacto ambiental de las plantas de manufactura, han llevado a la industria a sustituir fuentes biológicas por polímeros. Los grandes avances en la química facilitan el desarrollo de polímeros puramente sintéticos o complejos.

Los polímeros de origen vegetal, también conocidos como polímeros de última generación, se han utilizado para reducir el uso de combustibles fósiles.

Características

  • Alta resistencia a la flama
  • Libre de halógenos
  • Conforme a REACH y RoHS
  • Cumple con CA PROP 65
  • El alto rango de contracción hace posible que unos pocos tamaños cubran una amplia gama de diámetros de empalmes y de componentes.

Ventajas

  • Los productos de origen biológico tienen una huella de carbono menor que los productos convencionales
  • Excelente sellado contra el medio ambiente
  • Protección contra la humedad y la entrada de líquidos
  • Prevención contra la corrosión
  • Ideal para tolerar diversos líquidos del vehículo
  • Excelente alivio de tensión contra impactos para los de empalmes y cables
  • Resistente a la abrasión
  • Proporciona un excelente aislamiento eléctrico para evitar daños y prolongar el rendimiento
Presentamos el tubo BIOFUSE: Los tubos termorretráctiles de última generación
Presentamos el tubo BIOFUSE: Los tubos termorretráctiles de última generación

1. ¿Por qué no puede descarbonizarse la industria del plástico?

En 2021, la Unión Europea estableció por ley el objetivo de convertirse en una economía con emisiones netas cero de gases de efecto invernadero para 2050. Este compromiso ha desencadenado innumerables iniciativas de ley que pretenden frenar las emisiones de carbono en todas las industrias, pero esto es muy difícil para los sectores en los que la descarbonización no es una opción. La industria de los plásticos es un ejemplo. Sin carbono, no se pueden fabricar los plásticos. Lo que se requiere, es la desfosilización, mediante la cual se sustituyen las fuentes de carbono fósil por alternativas. En la actualidad, más del 99% de los plásticos se fabrican con fuentes fósiles, por lo que se debe empezar a utilizar estas fuentes alternativas para permitir la desfosilización lo antes posible. Utilizar plásticos reciclados es una opción, y otra, complementaria, es el uso de biomasa.

2. ¿Cómo pueden los plásticos fabricados a partir de biomasa, como la caña de azúcar, reducir las emisiones de carbono en la producción de plásticos? Sin duda, la producción de cualquier plástico conlleva elevadas emisiones de gases de efecto invernadero.

Los plásticos convencionales se fabrican a partir de recursos fósiles (petróleo, gas natural o carbón). Estos recursos naturales se extran, se refinan y, a continuación, se producen los componentes básicos necesarios para fabricar los plásticos. La suma de las emisiones de gases de efecto invernadero de todas estas etapas se sitúa en torno a los 2.4 kgCO2/kg, lo que se conoce como la huella de carbono de cuna a puerta de los plásticos. Pero esto es sólo el principio. Después, los plásticos se convierten en productos, se utilizan, se reutilizan, se reciclan (todas estas etapas pueden añadir emisiones de gases de efecto invernadero) y, tarde o temprano, llegan al final de su vida útil cuando se depositan en vertederos o se incineran. En esta etapa final, el carbono contenido en la molécula se liberará añadiendo otros 3.1 kgCO2/kg[1].

Los plásticos de origen biológico son químicamente idénticos a los plásticos fósiles, lo que significa que se transforman, se utilizan, se reciclan y se eliminan de la misma manera, por lo que la única diferencia está en cómo se producen (de la cuna a la puerta). La producción del plástico de base biológica I'm green™ también genera emisiones de gases de efecto invernadero procedentes de los cultivos (el combustible para la maquinaria, los fertilizantes, los pesticidas, etc. se obtienen a partir de recursos fósiles) y de las fases industriales de producción de los plásticos, pero también cuenta con medidas que reducen y evitan las emisiones que los plásticos fósiles no pueden evitar. Este plástico utiliza caña de azúcar, que fija carbono en el suelo si se cultiva en tierras degradadas. La biomasa sobrante se utiliza para producir electricidad renovable, lo que evita el uso de gas natural para alimentar la planta. Y lo que es más importante, el carbono se absorbe durante el crecimiento de la caña de azúcar, lo que significa que el carbono presente en el plástico se ha capturado directamente de la atmósfera. Por consiguiente, el equilibrio entre las fases anteriores del ciclo de vida es favorable. Se elimina de la atmósfera más carbono del que se emite. Por eso decimos que la huella de carbono del polietileno biológico I'm green™ es de -2.12 kgCO2/kg.

3. La selva brasileña ayuda a absorber grandes cantidades de carbono y contribuye a regular el clima global. La producción de caña de azúcar seguramente afectará este importante ecosistema.

Brasil es uno de los líderes mundiales en la producción de azúcar y etanol, por lo que la producción de caña de azúcar es un cultivo agrícola de gran importancia. A pesar de ello, la caña de azúcar sólo ocupa el 1% del territorio brasileño y se cultiva en el centro-sur de Brasil, a miles de kilómetros de la selva amazónica (esa distancia es aproximadamente la misma que hay entre Lisboa y Helsinki).

A medida que el mercado del azúcar y el etanol crece, se ha plantado más caña de azúcar para satisfacer la demanda. Pero incluso este crecimiento en la agricultura puede hacerse de forma sostenible. El 95% de la caña de azúcar plantada en los últimos veinte años está en lo que antes eran pastos con niveles de degradación de moderados a severos[2]. En particular, cuando se planta en tierras degradadas, la caña de azúcar ayuda a aumentar las reservas de carbono del suelo, y como se cultiva muy lejos de la selva tropical, no contribuye a la deforestación de la selva amazónica.

4. La caña de azúcar es un cultivo destinado a la alimentación. Fabricar plásticos a partir de ella tendrá un impacto negativo en la producción de alimentos, así que ¿por qué no se convierte toda en azúcar?

Cuando Brasil decidió sustituir la gasolina por etanol hace casi cincuenta años, el país no exportaba mucha azúcar. En la actualidad, Brasil es el exportador más grande de azúcar y el segundo productor mundial de etanol. Estos avances se deben a la optimización del cultivo y a la eficiencia de la producción. Gracias a los avances tecnológicos, los agricultores han podido producir más azúcar y etanol con la misma cantidad de cultivo. Para entender mejor si el uso de la caña de azúcar está ejerciendo presión sobre los precios de los alimentos, es importante conocer algunas cifras para poner las cosas en perspectiva. Mientras que el 1% de la superficie del país está cubierta por caña de azúcar, el 19% son pastos y el 14% se destina a la agricultura y la silvicultura. Existe una zona de pastos gravemente degradada, no apta para el pastoreo, que es mayor que Polonia[3]. La caña de azúcar ayuda a recuperar precisamente este tipo de tierras que cuentan con bajas reservas de carbono y son susceptibles a la erosión. Esto significa que hay tierra más que suficiente para que la caña de azúcar se expanda sin necesidad de ocupar la vegetación autóctona ni competir con otros cultivos destinados a la alimentación.

Así que, para resumir, Braskem utiliza una fracción muy pequeña de los cultivos de caña de azúcar existentes (~1%), y estos cultivos actualmente sólo utilizan el 1% de la tierra disponible en Brasil, sin competir con la demanda mundial de azúcar.

5. Si bien la producción de caña de azúcar no compite con la producción de alimentos ni tiene un impacto negativo en la selva tropical, ¿qué pasa con los aspectos relacionados con el abastecimiento? La producción de monocultivos utiliza muchos pesticidas y tiene un impacto negativo en la biodiversidad.

En el estado de San Pablo, donde se planta el 60%[4] de la caña de azúcar del país, la rotación de cultivos con leguminosas es una práctica común que ayuda a fijar el nitrógeno en el suelo. De ahí que entre el 15% y el 20% de las zonas productoras de caña de azúcar se destinen también al cultivo de frijoles de soya, frijoles comunes y cacahuetes, que abastecen el mercado alimentario. Otra práctica es el programa de control biológico de plagas. El uso de pesticidas químicos se reduce significativamente, por ejemplo, al utilizar una avispa para controlar la población del barrenador de la caña de azúcar, un insecto que afecta negativamente al desarrollo de la caña. Más de 6 millones de hectáreas ya utilizan esta técnica[5]. Para preservar y restaurar la biodiversidad, algunas granjas han establecido corredores verdes que unen dos zonas protegidas, permitiendo que la fauna autóctona florezca junto a los cultivos de caña de azúcar. Braskem desarrolla aún más estas prácticas a través de su Programa de abastecimiento responsable de Etanol[6]. Además, según UNICA (asociación brasileña de la industria de la caña de azúcar), desde 2007, cuando se firmó el Protocolo verde, sus fábricas han plantado más de 46 millones de semillas para recuperar más de 200 hectáreas de zonas ribereñas y han protegido 7,315 manantiales. Los productores de caña de azúcar también monitorean cada vez más las poblaciones de abejas y utilizan sus zonas de preservación permanente para mejorar los hábitats donde prosperan. Como demuestra el caso de la caña de azúcar brasileña, una agricultura inteligente y respetuosa puede, de hecho, ayudar a restaurar la biodiversidad, en lugar de destruirla.

6. Bien, ¿cómo se produce el etanol que se utiliza para desarrollar los plásticos?

Una vez cosechada, la caña pasa a los molinos para ser procesada. Los modernos molinos de caña en Brasil están equipados para producir azúcar y etanol (a partir del jugo de caña), y electricidad (a partir de las fibras de caña conocidas como bagazo). La energía procedente de la combustión del bagazo, que produce vapor y electricidad, no sólo alimenta completamente la planta, sino que a menudo hay un exceso de esta energía renovable que se vende de nuevo a la red. Asimismo, los molinos utilizan los recursos de una manera muy eficiente, y los residuos ricos en nutrientes y las aguas residuales (también conocidas como vinaza) se devuelven al campo para fertilizar el suelo. El etanol producido se convierte en etileno, que se polimeriza para fabricar polietileno. 

Demostración de la instalación de los tubos termorretráctiles de pared doble
Demostración de la instalación de los tubos termorretráctiles de pared doble